jueves, 24 de mayo de 2012

Una iniciativa de negocio llamada reciclaje

Una propuesta de emprendedurismo más que exitosa que vincula el cuidado y protección del medio ambiente con la transformación de residuos que ostentan grandes posibilidades de comercialización.

Por: Deborah Figueroa Abarca
dfigueroa@camaratru.org.pe

(De: Revista Visión Empresarial / abril 2012 Cámara de Comercio de la Libertad)

Uno de los valores más que difundidos dentro de toda sociedad es, sin lugar a dudas, el cuidado y protección del medio ambiente. Y es que, con su preservación, garantizamos, por un lado, el contar con un entorno saludable y, por otro, la optimización del mismo respecto a las próximas generaciones.

Es por ello que, antes de realizar cualquier actividad, los seres humanos somos consientes de los efectos que ésta podría generarle al ecosistema. Sin embargo, son las organizaciones las que no tienen muy en claro el verdadero valor de este concepto ecológico, pues incrementar sus utilidades les representa una mayor satisfacción.
Tal es así que, muchas empresas son consideradas las principales promotoras del desequilibrio que sufre el medio ambiente hoy en día, pues no tienen un manejo adecuado respecto a los residuos y, más aún, no son realmente consientes del gran peligro que les representan a las comunidades aledañas sus operaciones.

Un mal constante
Según el Director Ejecutivo del Instituto Peruano de Reciclaje (IPR) –recientemente inaugurado−, Eduardo Pisfil de los Ríos, hay una gran cantidad de organizaciones que, además de tener un mal manejo respecto a sus residuos, contaminan. Esto, por desconocimiento y falta de criterio de producción.

Al respecto, puso como ejemplo las empresas de transporte, pues éstas tienen residuos de aceite usado que, en lugar de ser alcanzados a instituciones que puedan industrializarlos, los venden a ladrilleras informales. “Este sector no tiene ni idea del daño que le está ocasionando al medio ambiente. El mal uso de este residuo es altamente contaminante”, agregó.
Incluso, refirió que hay organizaciones dedicadas a la comercialización de llantas que, en su momento, hasta llegan a quemarlas. “Las organizaciones deben tomar conciencia del daño que le representan al ecosistema con este tratamiento de productos que son sumamente dañinos. No hay forma de justificar estas acciones”, agregó.

Una buena iniciativa
Si bien, una gran parte de personas y empresas han tomado el interés debido respecto al cuidado del ecosistema, aún hay muchas otras que requieren de algún interés en particular para poder cambiar de política de trabajo. Y es que, a palabras de muchas de ellas, una nueva propuesta debe venir compensada con una ganancia y no con una pérdida.

Y si de ganancias se trata, existe una posibilidad con la cual, una organización puede generar una oportunidad de negocio, solo teniendo un mejor manejo de los residuos con los que trabaja. Aquí no se trata de un nuevo esquema de trabajo, solo de optimizar los procesos para contar con elementos que puedan ser reutilizados.
A palabras de Eduardo Pisfil de los Ríos, hoy en día muchas de las empresas dedicadas a un rubro en particular, reciben importantes réditos tan solo con la venta de los residuos que quedan después de todo su proceso de producción. “Contra lo que muchos podrían pensar, aquí no se necesita de una gran inversión. Lo único que hace falta para hacerse de un negocio es perfeccionar los procesos con los cuales se llega al producto final”, dijo.

Experiencia comprobada
Muchos de los países desarrollados que se enmarcan en actividades económicas altamente contaminantes han optado por establecer alianzas o realizar un trabajo conjunto con plantas industrializadas. Esto les ha permitido, reducir los niveles de contaminación respecto a sus comunidades.

“Estas economías vienen tratando el tema del reciclaje con bastante fuerza desde, aproximadamente, treinta años. Dentro los logros más significativos podemos distinguir: la conciencia de sus habitantes y la capacidad de reciclaje de sus residuos con un correspondiente desarrollo de tecnologías y metodologías”, sostiene.

Asimismo, Eduardo Pisfil de los Ríos señala que parte de esta conciencia por lo ecológico parte de una iniciativa japonesa (surge en el 2004) a través del concepto de las “Tres R: reducir, reutilizar y reciclar”, con el que se busca construir una sociedad orientada al reciclaje.
“Latinoamérica también ha mostrado un comportamiento más que considerable. Hay grandes adelantos con programas concretos en países como Brasil, Chile, Argentina y Colombia. En el caso de nosotros, aún estamos trabajando con algunas plantas en la capital que necesitan de un mayor contacto con las empresas”, agrega.

IPR
Parte del compromiso de todos aquellos que hacen empresa en el país es trabajar de manera responsable –ecológicamente hablando−. Dentro de estos términos, en tanto, se hace más que necesario el contar con una entidad que vele por el cuidado y protección del medio ambiente, además de educar al empresariado a hacerse responsable de su quehacer productivo.

De este modo, surge el Instituto Peruano de Reciclaje (IPR), como una iniciativa de un grupo de empresarios y profesionales −Alejandro Falcón Gómez Sánchez, Ing. Alfredo Gamero Jacobs, Dr. José Alfaro Pinillos y Eduardo Pisfil de los Ríos− que apuestan por el cuidado responsable del entorno.

Al respecto, el presidente del IPR, Alejandro Falcón Gómez Sánchez, dejó en claro que este organismo busca proponer y articular políticas entre familias, empresas y gobierno para el cuidado y protección del medio ambiente, abriendo camino a grandes posibilidades de inversión y negocio.
“La consolidación de este proyecto nos ha llevado por varios días de trabajo. Esto, porque necesitábamos crear un instituto que velara por el cuidado de nuestro entorno, pero vinculado a esta importante labor al empresariado, dado que son ellos los responsables de las acciones productivas en el país”, manifiesta.

Finalmente, afirma que una de las acciones a tomar en los primeros días de constituido este centro, es el de generar reuniones de trabajo con los empresarios, pues son ellos los que deben tener pleno conocimiento de las implicancias de sus actividades, así como las oportunidades que pueden lograr entorno a sus procesos.
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¿SABÍA USTED QUE?
ü  El papel se degrada en 1 año.
ü  La madera se degrada en 3 años.
ü  El tetra se degrada en 35 años.
ü  Las llantas se degradan en 200 años.
ü  Los envases plásticos se degradan en 500 años.
ü  Las pilas se degradan en 1,000 años.
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CIFRAS
6 millones de toneladas de desechos se generan en un día alrededor del mundo.
17 árboles se salvan al reciclar una tonelada de papel.
40% de energía es ahorrada si se recicla el vidrio.
500 billones de bolsas de plástico de un solo uso se consumen –en un año− en el mundo.
200 especies marinas se ven afectadas por las bolsas de plástico de un solo uso.
3,700 libras de madera se economizan en la producción de una tonelada de papel reciclado.
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